Parece que se oye a gente hablando, también se oye música… son las
5 de la mañana ¡Ah es la radio! Son los nuevos vecinos. ¿Que estarán haciendo? Pero
¿no se dan cuenta que tienen vecinos a los que están molestando? Han pasado
casi 2 horas. Ya son las siete menos cuarto, acaban de apagar la radio, solo
dentro de un cuarto de hora tendremos que levantarnos para trabajar. Es la
tercera vez que pasa. Felipe piensa que no es un asunto esporádico, por
tanto, de hoy no pasa y se lo dirá.
El vecino, le dice a Felipe que el no oía nada, pero que se lo hablara con su compañero por si acaso.
Parece que la conversación no ha tenido resultado. Ha vuelto a
pasar, tendrá que hablar de nuevo con ellos.
Felipe lo encuentra en el garaje camino del ascensor. Suben
juntos y el vecino dice -espera
que preguntemos a mi compañero.
-No. Yo no he oído nada y ¿tu? No, yo tampoco
Le parece algo extraño el comportamiento, pero da por bueno
que una vez hecha la queja, de nuevo. Lo tendrán en consideración.
Otra vez con ellos.
-Si nosotros también oímos algo, pero es el vecino de abajo,
dicen (nota que uno de ellos tiene la desagradable actitud de tocarse los
genitales como si fuera un tic), realmente parece gente extraña, De todas
formas Felipe cree que ahora tendrán más cuidado y serán más respetuosos.
Esto no cambia: otra vez la música durante todo el día, esa casa
parece una discoteca, aunque ya ha parado la música Felipe va a
decírselo.
-Pasa, veras como no tengo nada puesto y yo también lo oigo,
efectivamente se oye algo de música. Situación extraña, pero mas lo es aun,
cuando al despedirse se baja los pantalones y le dice que se esta obsesionando
y le pone cachondo. Que situación; mira estas cosas no tienen nada que
ver conmigo y no sigas por ese camino - el le contesta
Totalmente desconcertado, se vuelve a su casa, con la sensación de
no haber sido todo lo contundente que debiera ante semejante comportamiento. Se
lo cuenta a su mujer.
La situación sigue empeorando, ahora es un acoso constante siguen
poniendo la radio a altas horas de la noche, todo el día la música, la
televisión la ponen tan alta que bajando el volumen de la casa de Felipe se
escucha perfectamente. Su mujer, que es un pedazo de pan, lo esta pasando
realmente mal, tiene que tomar tranquilizantes, el mismo a veces también los
toma ¡esto es de locos! No descansa por las noches, tiene que trabajar y
a veces se hace hasta mil Km. al día, porque tiene que trasladarse a otra
ciudad, procura regresar por la noche y así no estar fuera por su mujer y sus
hijos.
Las discusiones con ellos están subiendo de tono, Ahora tiene el
convencimiento que el error que cometió es intentar llevar el asunto como si se
tratara de personas normales y no darse cuenta que la mecánica de esta gente es
la del enfrentamiento, y hacer la vida imposible a los demás , definitivamente
son repugnantes.
Durante este tiempo ha tenido que llamar varias veces a la policía
local , la verdad siempre han acudido y no han rehusado las llamadas , pero
dicen que estos asuntos son complicados e incluso le hablan de cambiarse de
domicilio , de momento lo único que les han puesto es una sanción
administrativa.
Su mujer le dice que hay que ser fuertes, que ella no se va
a marchar a ningún sitio por culpa de esta gente, que son 5 años viviendo
en esta comunidad hasta que ellos llegaron , sin ningún problemas con otros
vecinos. Felipe piensa, que fue una lastima haberse comprado la casa de
la sierra unos meses antes de que llegaran, entonces si podrían plantearse irse
a vivir a otro sitio.
Sus hijos han pasado por situaciones muy difíciles, apenas
podían estudiar y ellos en el fondo eran grandes perjudicados, pero no encontró
ayuda en ningún sitio y eso que acudió hasta el Defensor del Menor. Lo trataron
como asunto de adultos.
Felipe tiene grabada en su cabeza la contestación de sus vecinos
cuando les recrimino que no dejaban estudiar a sus hijos y que les molestaban.
Algunas de las contestaciones que recibió eran; “Parece que eres el único que
tienes hijos y son especiales” “Cada uno en su casa hace lo que quiere y
nosotros hacemos lo que nos sale de los huevos". Al final se terminaba en
una retahíla de insultos.
Han llegado a las manos. La situación ha estallado: resulta
que Felipe ha tenido que ir al medico especialista y cuando vuelve a su casa se
encuentra, que es imposible estar por el ruido y la música a todo volumen. Ha
ido ha recriminárselo recibiendo una serie de insultos, pero
lo peor es que de una manera traicionera le ha pegado una patada en la
espinilla con sus botas de trabajo (esta que utilizan en la construcción y en
otros oficios y que tiene partes metálicas por seguridad para protección)
¡curioso calzado para estar por casa! Han acudido algunos vecinos y se ha
formado una buena, Felipe esta avergonzado.
Por fin el juicio por la pelea, ellos se han presentado con
abogado, el no, dice su abogado que están dispuestos a retirar la demanda si
Felipe hace lo mismo. Contesta que no. Imagina que le fundirán dentro, pero no
esta dispuesto a ceder y espera acabar con esta situación de una vez `por
todas.
La sentencia le es favorable y le obligan al vecino a pagar una
multa. Espera que esto ayude y pueda vivir tranquilo con su familia en su
propia casa.
La situación no ha mejorado para nada, mas bien al contrario, el
buzón le apareció roto en varias ocasiones, casualidad o no el cristal
del coche tiene una raja (puede haber sido una piedra), las ruedas aun
durmiendo el coche en garaje se han pinchado mas de la media.
Ha mandado una carta al Ayuntamiento con el acta de vecinos
donde se denuncia la situación y se expresa lo que me esta pasando. Agradece el
apoyo de algunos vecinos que le apoyan aunque sea moralmente y que han sido
testigos de las molestias que esta sufriendo junto con su familia
Le empieza a preocupar su hijo, se esta haciendo mayor y le da
miedo como pueda reaccionar, de momento piensa que la situación esta
controlada y espera que siga así.
Parece que la cosa esta mejor, con los inevitables picos y
altibajos, cree que mas bien se trata del “Canto de Cisne”, después de unos
cuantos años la cosa mejora.
¿Solucionarse? Un suceso como este siempre tiene secuelas, pero
que triste es que uno no pueda estar ni en su propia casa, que el refugio que
debe ser el hogar se vea transgredido por gente ajena.
Existen leyes que protegen a las mujeres maltratadas, el acoso
escolar, acoso laboral… Bienvenidas sean todas, pero quien protege de los
vecinos insoportables, estos que a nivel individual pueden machacar y arruinar
la vida de una familia.
Nadie que no haya vivido esta situación, puede saber lo
trascendente que para una persona es, acertar al elegir por ejemplo,
entre un primero o un cuarto o entre la letra A y la letra D.